“El problema económico más
inmediato y urgente para los Estados Unidos son los retos económicos que
enfrentan la clase media. Los ingresos decaen, las casas se encuentran bajo el
agua y valen menos que sus hipotecas, y los empleos perdidos no son –seamos
claros– un problema solamente para el bienestar de las familias de la clase
media, sino un ancla para la economía entera, amenazando a todos tanto los
pobres como los ricos”, expresó el presidente de EE.UU. Barack Obama, quien en
diciembre del 2011 impulsó algunas iniciativas para fortalecer la clase media
de su país.
Para muchos economistas y
expertos internacionales, la clase media es el motor del desarrollo económico
de un país, pues este grupo social es visto como un ámbito propicio para la
formación de capital humano, la acumulación de ahorros y el desarrollo de
negocios. Algunos autores, como Alesina y Perotti (1996), encuentran que una
mayor participación de las clases medias en el producto nacional de los países
estimula la inversión de largo plazo, que redunda en bases más robustas para el
crecimiento económico.
Pero el efecto de las clases
medias no se limita sólo a su potencial como fuente de crecimiento económico.
Otros aspectos, como la estabilidad política y cohesión social, se ven
fortalecidas en la medida que las clases medias crecen y se afianzan (Torche y
López-Calva, 2010). Por ejemplo, Barro (1999) encuentra que un incremento de la
participación que las clases medias tienen en el producto de un país, va acompañado
de un fortalecimiento en el ejercicio de los derechos políticos. Por lo tanto,
el rol de las clases medias trasciende el aspecto económico, alcanzando a
cuestiones como la democracia, el ejercicio político, la cohesión y la paz
social.
Como vemos, este segmento es muy
importante para el crecimiento económico y el fortalecimiento de la democracia
de un país. La clase media, según el Banco Mundial, está constituida por
hogares con un nivel de ingreso que les permita protegerse de caer en situación
de pobreza a través del tiempo. De acuerdo al informe “La movilidad económica y
el crecimiento de la clase media en América Latina” (2013), define como el
límite inferior del ingreso per cápita en los hogares de clase media en 10
dólares diarios al tipo de cambio de paridad de poder de compra (ppc). Para
hacer este análisis, consideró que los ingresos de los hogares de la clase
media deben oscilar entre 10 a 50 dólares diarios.
A nivel nacional, la clase media
muestra una importante expansión durante la última década, pasando del 12,2% al
29,0% entre el 2005 y 2014, observándose que este proceso ha sido sostenido
durante todo el periodo de análisis, con una ligera declinación en los últimos
años. En términos absolutos, se estima en 9,1 millones de peruanos a la
población que pertenece a la clase media. En Lima y Callao se encuentra el
53,8% de dicho total, seguido de Arequipa (6,1%), La Libertad (5,3%), Piura
(3,6%) y Cusco (3,4%). En tanto, los departamentos con menor clase media son
Huancavelica, Junín, Puno y Cajamarca.
Al año 2014, en la región de Puno
la clase media representa el 15 por ciento de su población total, es decir, que
de cada 100 puneños 15 corresponden a este estrato social, según la Encuesta
Nacional de Hogares (ENAHO) del INEI. Entre los años 2011 y 2014, las regiones
con mayor crecimiento de su clase media fueron Arequipa, Ica y en tercer lugar
Puno.
Cabe mencionar que la clase media
se retroalimenta con la evolución de la demanda interna y el Producto Bruto
Interno (PBI). Así, la expansión de la clase media impulsa la demanda interna y
el PBI, pero también si este se desacelera o cae en recesión, el tamaño de la
clase media se reducirá indefectiblemente. En ese sentido, en los últimos años
se observa una desaceleración en el crecimiento económico, la demanda interna y
en la expansión de la clase media. Muchos indican que si las cosas siguen en
ese camino podríamos llegar a una recesión económica, lo que repercutiría en
una crisis del estatus quo, con el debilitamiento de la democracia, la alteración
de la paz social y necesariamente se daría un abrupto crecimiento de la pobreza
y pobreza extrema.
Entre el 2011 y 2014 se registra
una caída de la clase media en algunas regiones el país y hubo un estancamiento
en otras, esto es explicado por el poco crecimiento económico del país y la
disminución de la inversión pública y privada. Bajo este panorama, este estrato
social se siente vulnerable y en inminente peligro de caer en la línea de la
pobreza en los próximos años, lo que frenaría los avances logrados a la fecha y
comprometería mayores recursos del presupuesto público en programas
asistencialistas de corto plazo.
Tenemos que hacer un llamado
urgente al gobierno nacional y a los gobiernos subnacionales para reanudar la
expansión de la clase media, lo cual sólo se logrará con el crecimiento de la
economía del país, revirtiendo la tendencia negativa de los últimos cuatro años
de la productividad total de factores. Es fundamental crear un ambiente
favorable para la inversión, garantizar la estabilidad macroeconómica,
viabilizar los proyectos de inversión pública, dinamizar la demanda interna y
luchar contra la inseguridad ciudadana.
(*) edgarcutipa@gmail.com
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