Por: Edgar Cutipa Quispe
Mis manos temblaban mientras la veía agonizar, escuche un murmullo lejano que decía “pobre criatura”, es consecuencia de la bebida, pero pocos minutos después de su partida, solo pude exponer un suspiro, retorcí la mirada en dirección al trabajo y me fui discretamente, nadie se percató de mi partida, pero sé que ella tuvo grandes momentos mientras estuvo con nosotros.
Me senté abruptamente en el sillón del trabajo, y me puse a recordar aquel trágico momento, pensé en las circunstancias de nuestro encuentro, tal vez una simple casualidad, pero por algo paso, solo espero que vaya con Dios.
Si no hubiera ingerido aquella bebida, otra seria la historia, como es posible que un tipo derrame tantos líquidos tóxicos en el parque, no solo aquel can falleció, también otros animales se vieron afectados en su salud…
miércoles, 27 de noviembre de 2013
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